martes, 11 de febrero de 2014

Boyacá. Gran Minería de Carbón, ¿Muerte a Cielo Abierto?

La reprimarización Económica.

Con la política del Plan Nacional de Desarrollo del gobierno Santos y su “joya de la corona” la locomotora minero energética, la gran mayoría de los territorios de nuestro país se encuentran concesionados, ya sea para proyectos mineros, petroleros, energéticos, agroindustriales o turísticos.

Esta política extractivista y saqueadora, está llevando a una reprimarización económica –que se refiere a la importancia en la economía que retoman los procesos de explotación de materias primas tales como el petróleo y los minerales, además de la producción de otros bienes poco elaborados, como el aceite de palma- reprimarización que trae consigo despojo de tierras pobreza, daños ambientales irreparables y pérdida de soberanía nacional.

Entre los principales objetivos de la explotación minera está el carbón, mineral que desde tiempos inmemorables ha sido aprovechado por las comunidades de nuestro país, sin embargo desde el año de 1975 con la invitación del gobierno nacional empieza la explotación a gran escala en la mina de “El cerrejón” en la Guajira; para 1995 la Drummond y la Glencore (condenadas por vínculos con los paramilitares) explotan las minas situadas en el sur del Cesar en los municipios de La Jagua de Ibirico, Chiriguaná y El Paso, convirtiéndose en la segunda mayor mina de Carbón en Colombia[1].

Para el centro oriente en la actualidad, la arremetida de los monopolios económicos se centra en la explotación de los yacimientos petroleros; las minas de carbón carbón térmico y coquizable; las arenas bituminosas; la ampliación de la concentración de tierras para la agroindustria, los monocultivos y la extracción de oro.

En rondón.

Rondón en Boyacá es un pequeño municipio de cerca de 3000 habitantes, su cabecera municipal se encuentra a 2075 m.s.n.m. cuenta con 12 veredas y forma parte de la provincia de Lengupá.

Rondón Limita con los municipios de Zetaquirá, Ramiriquí, Viracachá, Siachoque, Ciénega y Pesca; su economía principalmente agrícola se fundamenta en el cultivo de: Plátano, Café, Caña de azúcar, Yuca, Arracacha, Fríjol, Arveja, Aguacate, Guayaba, Chirimoya, Guanábana, Papa, Haba, maíz, Ibias, Fríjol, Rubas, dada la  variedad de climas.

En las veredas Nueva Granada y Sucre de este municipio boyacense la empresa Carbones de los Andes S.A. –Carboandes- planea poner en funcionamiento una mina a cielo abierto para explotar carbón mineral que por su extensión sería la segunda más grande del país.

En el año 2008 la Empresa empieza la exploración de este yacimiento carbonífero que hace parte de la llamada Formación Guaduas ubicado en la región oriental del departamento de Boyacá, por medio del proyectoPalmarito”, proyecto que se ubica sobre la cota de los 3.000 m.s.n.m. y en palabras de la empresa: “En una primera fase se planea llegar gradualmente a una producción de 335.000 toneladas anuales”[2] de carbón térmico de alto poder calórico.

En la fase inicial de la exploración que empezó en el año 2012, la empresa obtuvo permisos de aprovechamiento forestal por un total de 7.646,22 de m3 de helechos arbóreos[3], planta propia de los bosques alto-andinos, en la operación se prevé que haya un inmenso socavón a cielo abierto con monstruosas volquetas del tamaño de edificios sacando el mineral y continuas explosiones arrancando la riqueza del subsuelo.

Por esta pretendida explotación carbonífera se contaminará la cuenca alta del río Muche, afluente del río Lengupá, que nace en el páramo de Siachoque, afectando la calidad y cantidad del agua disponible para los municipios de Berbeo, Zetaquirá, Miraflores, San Eduardo, y San Luis de Gaceno, así como municipios de Casanare y Meta.

Los impactos.

La explotación de carbón a cielo abierto constituye una amenaza para los cuerpos de agua, la fauna, flora y asentamientos humanos en su cercanía o en lugares apartados; los yacimientos carboníferos poseen gran cantidad de azufre, elemento químico que al entrar en contacto con el Agua produce ácido sulfúrico, compuesto altamente corrosivo y peligroso lo que pondría en riesgo por lo menos a 800 personas que residen en la vereda Gacal de Zetaquirá quienes dependen del agua de quebradas que nacen en el sector Picaderas de Rondón.

Existen registros de Lumbalgia, silicosis, trastornos del sueño, estrés laboral, hernias discales, hipoacusia, cáncer de piel, dermatomicosis,[4] enfermedades oculares y respiratorias recurrentes entre quienes laboran en las empresas carboníferas del norte de Colombia.

Por la ubicación de esta zona, la operación de esta empresa en Boyacá, arrasaría con bosque de niebla o alto andino (hogar de osos de anteojos, venados, 7 cueros, y otras especies nativas), nacimientos de aguas y desviaría cursos de quebradas, generando pérdidas irreparables para los ecosistemas. También por la actividad de extracción explosiva y mecánica generaría y aumentaría las grandes remociones en masa (deslizamientos) que se han presentado en esta zona del departamento.

La empresa.

Carboandes es una empresa que funciona bajo la figura de Sociedad Anónima con capital de la transnacional Mitsui y de otros inversionistas locales y extranjeros, posee inversiones en el norte del país (la Jagua de Ibirico), Socha Boyacá, el ferrocarril de Fenoco, el occidente de Santander (región del Chucurí y Landázuri) y el puerto de Santa Marta.

En estas regiones se ha asociado con multinacionales del carácter de Drummond, Glencore, Prodeco y BHP Billiton y la empresa carbosan, Todas ellas responsables de daños ambientales, desplazamientos y financiación del paramilitarismo, en Cerromatoso Córdoba, El sur del Cesar, La Guajira entre otros.

Finalmente, la entrada de estas transnacionales a lugares tan frágiles y necesarios para la vida como las zonas de recarga hídrica y los páramos, constituye un crimen contra quienes habitamos el territorio. Además, este tipo de explotación históricamente ha estado pensada para el beneficio de los privados.

La opción más consecuente que han tomado las comunidades boyacenses en otros proyectos mineros ha sido el accionar directo contra los trabajos de las empresas con represamiento de maquinarias y taponamiento de vías (Socotá y Tasco), acciones necesarias para la defensa de los territorios y la construcción de la vida digna.



Publicado en El Periódico Trochando Sin Fronteras Edición N16
http://centroriente.org/trochando-sin-fronteras

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