La
reprimarización Económica.
Con la política del Plan
Nacional de Desarrollo del gobierno Santos y su “joya de la corona” la
locomotora minero energética, la gran mayoría de los territorios de nuestro
país se encuentran concesionados, ya sea para proyectos mineros, petroleros,
energéticos, agroindustriales o turísticos.
Esta política extractivista
y saqueadora, está llevando a una reprimarización económica –que se refiere a la
importancia en la economía que retoman los procesos de explotación de materias
primas tales como el petróleo y los minerales, además de la producción de otros
bienes poco elaborados, como el aceite de palma- reprimarización que trae
consigo despojo de tierras pobreza, daños ambientales irreparables y pérdida de
soberanía nacional.
Entre los principales
objetivos de la explotación minera está el carbón, mineral que desde tiempos
inmemorables ha sido aprovechado por las comunidades de nuestro país, sin
embargo desde el año de 1975 con la invitación del gobierno nacional empieza la
explotación a gran escala en la mina de “El cerrejón” en la Guajira; para 1995
la Drummond y la Glencore (condenadas por vínculos con los paramilitares) explotan
las minas situadas en el sur del Cesar en los municipios de La Jagua de
Ibirico, Chiriguaná y El Paso, convirtiéndose en la segunda mayor mina de
Carbón en Colombia[1].
Para el centro oriente en la
actualidad, la arremetida de los monopolios económicos se centra en la
explotación de los yacimientos petroleros; las minas de carbón carbón térmico y
coquizable; las arenas bituminosas; la ampliación de la concentración de
tierras para la agroindustria, los monocultivos y la extracción de oro.
En
rondón.
Rondón en Boyacá es un
pequeño municipio de cerca de 3000 habitantes, su cabecera municipal se
encuentra a 2075 m.s.n.m. cuenta con 12 veredas y forma parte de la provincia
de Lengupá.
Rondón Limita con los
municipios de Zetaquirá, Ramiriquí, Viracachá, Siachoque, Ciénega y Pesca; su
economía principalmente agrícola se fundamenta en el cultivo de: Plátano, Café,
Caña de azúcar, Yuca, Arracacha, Fríjol, Arveja, Aguacate, Guayaba, Chirimoya, Guanábana,
Papa, Haba, maíz, Ibias, Fríjol, Rubas, dada la variedad de climas.
En las veredas Nueva Granada
y Sucre de este municipio boyacense la empresa Carbones de los Andes S.A. –Carboandes-
planea poner en funcionamiento una mina a
cielo abierto para explotar carbón mineral que por su extensión sería la segunda
más grande del país.
En el año 2008 la Empresa empieza
la exploración de este yacimiento carbonífero que hace parte de la llamada
Formación Guaduas ubicado en la región oriental del departamento de Boyacá, por
medio del proyecto “Palmarito”, proyecto que se ubica sobre
la cota de los 3.000 m.s.n.m. y en palabras de la empresa: “En una primera fase
se planea llegar gradualmente a una producción de 335.000 toneladas anuales”[2]
de carbón térmico de alto poder calórico.
En la fase inicial de la exploración
que empezó en el año 2012, la empresa obtuvo permisos de aprovechamiento
forestal por un total de 7.646,22 de m3 de helechos arbóreos[3],
planta propia de los bosques alto-andinos, en la operación se prevé que haya un
inmenso socavón a cielo abierto con monstruosas volquetas del tamaño de
edificios sacando el mineral y continuas explosiones arrancando la riqueza del
subsuelo.
Por esta pretendida
explotación carbonífera se contaminará la cuenca alta del río Muche, afluente
del río Lengupá, que nace en el páramo de Siachoque, afectando la calidad y
cantidad del agua disponible para los municipios de Berbeo, Zetaquirá,
Miraflores, San Eduardo, y San Luis de Gaceno, así como municipios de Casanare
y Meta.
Los
impactos.
La explotación de carbón a
cielo abierto constituye una amenaza para los cuerpos de agua, la fauna, flora
y asentamientos humanos en su cercanía o en lugares apartados; los yacimientos
carboníferos poseen gran cantidad de azufre, elemento químico que al entrar en
contacto con el Agua produce ácido sulfúrico, compuesto altamente corrosivo y
peligroso lo que pondría en riesgo por lo menos a 800 personas que residen en
la vereda Gacal de Zetaquirá quienes dependen del agua de quebradas que nacen
en el sector Picaderas de Rondón.
Existen registros de Lumbalgia,
silicosis, trastornos del sueño, estrés laboral, hernias discales, hipoacusia,
cáncer de piel, dermatomicosis,[4]
enfermedades oculares y respiratorias recurrentes entre quienes laboran en las
empresas carboníferas del norte de Colombia.
Por la ubicación de esta
zona, la operación de esta empresa en Boyacá, arrasaría con bosque de niebla o
alto andino (hogar de osos de anteojos, venados, 7 cueros, y otras especies
nativas), nacimientos de aguas y desviaría cursos de quebradas, generando
pérdidas irreparables para los ecosistemas. También por la actividad de
extracción explosiva y mecánica generaría y aumentaría las grandes remociones
en masa (deslizamientos) que se han presentado en esta zona del departamento.
La
empresa.
Carboandes es una empresa que
funciona bajo la figura de Sociedad Anónima con capital de la transnacional
Mitsui y de otros inversionistas locales y extranjeros, posee inversiones en el
norte del país (la Jagua de Ibirico), Socha Boyacá, el ferrocarril de Fenoco,
el occidente de Santander (región del Chucurí y Landázuri) y el puerto de Santa
Marta.
En estas regiones se ha
asociado con multinacionales del carácter de Drummond, Glencore, Prodeco y BHP
Billiton y la empresa carbosan, Todas ellas responsables de daños ambientales,
desplazamientos y financiación del paramilitarismo, en Cerromatoso Córdoba, El
sur del Cesar, La Guajira entre otros.
Finalmente, la entrada de
estas transnacionales a lugares tan frágiles y necesarios para la vida como las
zonas de recarga hídrica y los páramos, constituye un crimen contra quienes
habitamos el territorio. Además, este tipo de explotación históricamente ha
estado pensada para el beneficio de los privados.
La opción más consecuente
que han tomado las comunidades boyacenses en otros proyectos mineros ha sido el
accionar directo contra los trabajos de las empresas con represamiento de
maquinarias y taponamiento de vías (Socotá y Tasco), acciones necesarias para
la defensa de los territorios y la construcción de la vida digna.
Publicado en El Periódico Trochando Sin Fronteras Edición N16
http://centroriente.org/trochando-sin-fronteras